En los últimos años, con algunas diferencias, se desarrollaron en América Latina gobiernos progresistas que impulsaron propuestas por sociedades más justas, democráticas, interculturales, inclusivas; con programas económicos que alcancen a todos, y a todas, especialmente a los más excluidos, -mujeres, indígenas, jóvenes y adultos-, especialmente de zonas rurales, afrodescendientes.
En ese sentido, América Latina, no sólo ahora, sino históricamente es un semillero de distintas experiencias educativas tanto en la escuela formal como en el campo comunitario, que han buscado dar respuestas a múltiples realidades socioeducativas. 
En la actualidad, los proyectos políticos han sido derrotados por otros de corte conservador, dando marcha atrás a semillas transformadoras, que, en el caso educativo, el punto más grave se expresa en Brasil, por la manera como se trata de “sepultar” todo pensamiento crítico y transformador, y en contra de la propuesta emancipadora de Paulo Freire, y otras pedagogías críticas, que estorban a los proyectos conservadores.    
Sin embargo, el semillero de propuestas que se desarrollan desde el campo popular y las pedagogías críticas, seguirán disputando sentidos y hegemonías, no sin grandes dificultades, pero tejidas de esfuerzos colectivos y sueños. 
En ese sentido como Consejo de Educación Popular de América Latina y el Caribe, seguiremos apostando por una educación que transforme a las personas y sociedades hacia un horizonte de igualdad, justicia, democracia, interculturalidad, perspectiva de género, con economías sustentables, defensoras de los derechos humanos y la paz. Si bien el derecho a la educación debe de alcanzar a todos, y a todas, haremos un énfasis especial en la educación de los jóvenes y adultos, por ser uno de los sectores más desatendidos en las políticas de nuestros países, y con poca atención en el ámbito internacional.
Por ello, nos articulamos a La Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación, y a la Campaña Mundial, cuyo tema general para el 2019 es: Hacer realidad el derecho a una educación gratuita, pública, justa, inclusiva y de calidad.
En los ODS 4, sobre el área de enfoque estratégico 2 sobre Educación Transformadora y la meta 4.7 señala que: 
Para el año 2030, garantizar que todos los alumnos adquieran los conocimientos y habilidades necesarios para promover el desarrollo sostenible, incluso entre otras cosas, a través de la educación para el desarrollo sostenible y los estilos de vida sostenibles, los derechos humanos, la igualdad de género, la promoción de una cultura de paz y no violencia, la ciudadanía internacional y la aceptación de la diversidad cultural y aporte
cultural al desarrollo sostenible.