Alfabetización y multiculturalidad (Editorial)

La alfabetización es una de las necesidades más estratégicas para la vida en el escenario del siglo XXI. No solo por lo que significa la competencia misma de decodificar y comprender un texto escrito, sino especialmente por las implicaciones y articulaciones que produce con las oportunidades de mejora de la vida, con el mundo de la productividad, el ejercicio democrático y el contacto con el mundo virtual. En 1800 solo una personas adulta de cada diez, sabía leer y escribir. Un siglo después, en 1900, eran dos. Generalmente concentrados en los países del norte. Es en el siglo XX en el que el mundo da grandes pasos hacia la generalización de la alfabetización. Hacia 1950 era seis de cada diez las y los alfabetas. En el año 2000 esa cifra había alcanzado a ocho de cada diez. De manera que los dos que quedaban sin dominio de la lectoescritura enfrentaban un mundo adverso y con oportunidades muy limitadas. Esos dos de cada diez personas jóvenes y adultas, representan cerca de 700 millones en todo el mundo y son además personas que viven por debajo de la línea de pobreza y en condiciones de marginalidad. En muchos casos se trata de indígenas cuyo primer idioma no ha sido considerado adecuadamente en los programas de aprendizaje. El reconocimiento de la multiculturalidad y sus implicaciones cosmogónicas y lingüísticas es uno de los factores clave, para ofrecer respuestas pertinentes en modalidades flexibles para la atención educativa. El factor lingüístico supone el desarrollo de herramientas para el aprendizaje y la formación de educadoras y educadores de las propias identidades culturales. En el marco del día de la alfabetización es especialmente importante significar la necesidad colectiva de trascender hacia acciones equitativas para que el analfabetismo sea cada vez menos presente y las oportunidades de desarrollo accesible a todas y todos.